Materias primas para substratos orgánicos
Las materias primas para sustratos orgánicos nunca están compuestas al 100% por materia orgánica. El término «materia prima de sustrato orgánico» y la asignación de un material a este grupo es una cuestión de definición. El contenido de materia orgánica de las materias primas comúnmente denominadas orgánicas puede variar significativamente. Los compost, por ejemplo, se consideran generalmente orgánicos aunque la norma RAL-GZ 251 (RAL 2007) exige que sólo contengan un 15% (m/m) de materia orgánica en el residuo seco o que tengan un contenido de materia mineral del 85% en peso. Según la norma DIN 11540 (DIN 2005), la turba debe contener más del 30% (m/m) de sustancia orgánica en el residuo seco. Según esta misma norma, las turbas (de páramo alto) utilizadas en el sector de los sustratos tienen un contenido de materia orgánica de entre el 94 y el 99 % (m/m). Todas las demás materias primas descritas en el capítulo 5.1 tienen un contenido de materia orgánica entre los valores del compost y de la turba de turbera, es decir, entre el 15 y el 99 % (m/m) del residuo seco.
El término «sustrato orgánico» no es el mismo que el término «biosubstrato».
Turba
La turba se forma en las turberas y las turberas están formadas por turba. El objetivo de esta frase es señalar que, al considerar la turba como material de partida de los sustratos hortícolas, además de todos los aspectos de su extracción y preparación, es sobre todo la composición natural la que influye en las propiedades de una turba y de los sustratos elaborados con ella. Según la norma DIN 11540, la turba es un sustrato de pantano con más de un 30% de materia orgánica en la masa seca, que se ha formado a partir de partes de plantas muertas (DIN 2005). El componente orgánico se compone de residuos de las plantas que crecen en la turba y de sustancias coloidales de humus en proporciones variables. Esta breve definición contiene relaciones complejas, que se explican a continuación para una mejor comprensión hortícola mediante breves explicaciones del proceso de formación de la turba y de los principales tipos de turba, así como de sus propiedade OVERBECK (1975) define la turba como subfósil y no fósil, ya que en los estudios se suele hablar erróneamente de la turba cuando se la compara con los combustibles fósiles como el petróleo y el carbón.
Páramos y formación de turba
Las turbas se forman por la acumulación de residuos vegetales en las turberas, que sólo son descompuestos de forma incompleta por los microorganismos debido a las condiciones de humedad imperantes con una simultánea falta de aire. En las turberas, el contenido de oxígeno disminuye al aumentar la profundidad; el nitrógeno, el hidrógeno y el carbono se acumulan y el grado de descomposición de la turba aumenta (NAUCKE 1990). Un requisito previo para la formación de turberas es un balance hídrico positivo. De acuerdo con esto, las precipitaciones y el flujo de entrada deben ser capaces de compensar la escorrentía, el almacenamiento y la evaporación durante la formación y el crecimiento de la turba, o ser mayores, respectivamente (EGGELSMANN 1990). NAUCKE (1990) cita un nivel freático que llega casi a la superficie como condición crucial para el crecimiento de una turbera. La cantidad y el tipo de nutrientes y cal disueltos en el agua son decisivos para la formación de ciertos tipos de turberas. En función del clima, la hidrología, las formas superficiales del paisaje, la geología glaciar y el contenido en nutrientes de las aguas subterráneas y de las precipitaciones, se han desarrollado en todo el mundo diversos tipos de turberas, que se describen detalladamente en KAULE & Göttlich (1990) y Eggelsmann (1990). Desde el punto de vista de la horticultura, es importante saber que, debido a las condiciones mencionadas anteriormente, se pueden distinguir dos tipos principales de turberas: Las turberas elevadas y las turberas bajas. Las denominadas turberas de transición representan tipológicamente una transición entre las turberas elevadas y las turberas de llanura, donde se fusionan las condiciones ecológicas de los dos tipos principales de turberas. Las turberas de transición pueden estar dominadas por vegetación de tierras altas o bajas, por lo que se denominan turberas de transición de tierras altas o bajas. La diferenciación entre turbera alta y baja no tiene que ver con la ubicación geográfica, sino con el diferente suministro de agua de estos dos tipos de turbera. A menudo se puede reconocer una ramificación del perfil de la turba elevada en turba fuertemente y débilmente descompuesta. El usuario está familiarizado con los términos «turba rubia» para la turba ligeramente descompuesta y «turba negra» para la turba fuertemente descompuesta. Estos términos proceden del uso lingüístico de los antiguos excavadores de turba del noroeste de Alemania (RICHARD 1990). La turba recién cortada y muy descompuesta adquiere un color entre marrón oscuro y negro cuando se expone al aire, mientras que la turba menos descompuesta es entonces de color marrón claro a medio.
Transcrito y Traducido por Agribusiness Ecuador
Artículo tomado de Floragard y publicado con su autorización