Manejo Integrado de Plagas
El manejo integrado de plagas (MIP) es una forma de mantener los cultivos, de manera que el daño de enfermedades y plagas esté bajo el nivel económicamente aceptable, siendo una combinación de varias medidas de control de enfermedades y plagas. Por lo que, reduce el riesgo de la salud humana, la contaminación del ambiente, los costos de producción y permite a los agricultores ser más eficientes, sin embargo, antes de tomar medidas de control, es importante arreglar la situación de los cultivos para mantener la sanidad vegetal. Es decir, la preparación del suelo, abonamiento, riego, entre otros, ya que se requiere atención diaria para saber el estado del cultivo, la aparición de enfermedades y plagas. La observación y la atención a los cultivos son elementos fundamentales para el MIP.
En la actualidad, la agricultura depende mucho del uso de químicos para tener cultivos sanos y productivos, ya que estos sobre todo en muchos casos tienen un efecto inmediato. Pero, la toxicidad que se genera afecta a la salud tanto de las personas que fumigan y los consumidores de estos productos agropecuarios. Además, los productos químicos contienen materiales que son extraños al medio ambiente ocasionando la contaminación de este porque estas sustancias entran en la cadena alimenticia y se concentra más al subir cada eslabón, este proceso se llama bioacumulación, el cual tiene un impacto negativo al ecosistema. También la compra de productos químicos, generalmente es costoso y aumenta los costos de producción.
Para tener el limite del daño económico aceptable, se deberá monitorear y pronosticar las plagas y enfermedades desde su aparición. Para ello, los productores deben tomar medidas de control a base de la información del umbral cuantitativo. Sin embargo, el umbral cuantitativo está disponible solamente en regiones bastante avanzadas de producción agrícola como los EE. UU y la mayoría de las otras zonas no tienen este umbral. En consecuencia, el esfuerzo de MIP, por ejemplo, en nuestras realidades, se enfoca más a la reducción del uso de productos químicos, que a la reducción de la pérdida económica.
Un elemento importante del MIP es el control de la población de plagas, incluyendo microbios causantes de enfermedades, con enemigos naturales. En la vegetación natural normalmente encontramos pocas enfermedades o plagas importantes, por en esta se encuentra una alta variedad de organismos, los cuales impiden un desequilibrio del ecosistema. Al contrario, la realidad de la agricultura es que generalmente se tiene una sola variedad de cultivo y hay una menor diversidad de organismos con un equilibrio muy inestable. En consecuencia, si una vez aparece una plaga o enfermedad, se expande sin ser frenada por otros organismos y la aplicación de los productos químicos puede empeorar más, a través de la disminución de la biodiversidad del ecosistema agrícola. En consecuencia, se encuentra un fenómeno de resurgimiento, donde aumenta la población de una plaga después de la fumigación del insecticida. Sin embargo, si observamos bien hay organismos, que no solamente son plagas sino también enemigos naturales. Para así evitar la expansión y resurgimiento, es importante mantener el equilibrio y la biodiversidad del campo. El uso de insecticidas selectivos es una forma de control de plagas sin perder la población de enemigos naturales. También se puede encontrar con métodos como el control biológico, químico, mecánico y entre otros para controlar las plagas en los cultivos.