Se utilizan las trampas para el monitoreo o para la captura masiva. En el primer caso, las trampas permiten detectar tempranamente la presencia de determinadas especies de plagas en las zonas de cultivo. Proporcionan información que los técnicos utilizan para decidir dónde y de qué forma aplicar los tratamientos. La captura masiva de una plaga mediante trampas ha tenido éxito en el caso de ciertas moscas de la fruta, como la mosca del Mediterráneo (Ceratitis capitata). Se suele combinar la trampa atrayente con algún cebo tóxico, en una técnica conocida como “atraer y matar”. Se utilizan trampas cebadas con sales de amonio y aminas para la gestión de las poblaciones de esta plaga.
La diferencia entre la utilización de las trampas para la detección y seguimiento, o para la captura masiva está en realidad en la densidad de trampas por cultivo.
TIPOS DE TRAMPAS
- Trampas cromáticas
Las Trampas Cromotrópicas son unas placas de plástico rígido y resistente, y adhesivas por ambas caras. Necesariamente tienen que ser repelentes al agua, que no se deterioren con las altas temperaturas y que no contenga sustancias tóxicas.
Los insectos plaga (aunque también algunos insectos beneficiosos) se ven atraidos por ciertos colores, especialmente los siguientes:
Amarillo: Las placas cromotrópicas de color amarillo son las más utilizadas, pues son especialmente eficaces para la detección y captura dípteros y áfidos, como la mosca blanca, minadores, mosca esciárida, pulgones, algunos Lepidóteros como la Tuta absoluta. Como ya se indicó, tienen el inconveniente de que también capturan insectos beneficiosos. Son especies sensibles a las trampas cromáticas, Coenosia atenuatta, Aphidius, Aphelinus, lysiphlebus, Aphytis, Encarsia, Orius, Nesidiocoris, Chrisoperla y muchas otras especies depredadoras entre las que se encuentran la mayoría de los coccinélidos. Es importante tener en cuenta que, cuando las poblaciones de esos insectos auxiliares son bajas, hay que considerar su posible efecto negativo.
Azul: las placas de color azul y celeste son especialmente eficaces para la detección y captura de trips. Este color se utiliza menos para las trampas porque su poder de atracción es menor. La capacidad de atraer menor número de insectos puede ser útil cuando tratamos de proteger a la fauna auxiliar, por ejemplo trichogramma, para asegurarnos un control natural de otras plagas secundarias.
Negro: Tienen bastante aceptación para proteger los cultivos de la acción de la Tuta absoluta, que se ve atraída por colores oscuros como el negro, pero que no atraen a un importante enemigo natural de la Tuta, la chinche mírida Nesidiocoris tenuis.
En menor medida se utilizan otros colores,como el blanco para captura de trípidos y el rojo para captura de escarabajos.
- Trampas de feromonas
Utilizan un atrayente sintético que simula la feromona natural que emiten las hembras para atraer a los machos (al atraer sólo a los machos, no aumenta el riesgo de oviposición). Hay que tener en cuenta la densidad de trampas colocadas por superficie, pues si se colocan más trampas de las adecuadas desaparece el efecto llamada y no aumenta el número total de capturas.
Trampas delta. Utilizadas generalmente para el monitoreo de las poblaciones, su llegada y evolución. Básicamente consisten en un difusor de feromonas colocado sobre una lámina horizontal y pegajosa, cubierta por un tejadillo. No se utilizan para realizar capturas masivas de insectos.
Trampas de agua. El difusor de feromonas se coloca en el centro de una lámina de agua, de modo que cuando la polilla toque el agua ya no pueda retomar el vuelo.
Cintas transparentes pegajosa impregnadas de la feromona seleccionada. Se suelen utilizar en los invernaderos, donde se colocan en tiras a lo largo de las filas de cultivo. Su eficacia depende en gran medida de su correcta instalación, puede verse limitada por el polvo dentro de la instalación.
Como en el caso de las trampas cromáticas, y siguiendo el mismo principio de atraer y matar, se suelen utilizar conjuntamente feromonas y cebos tóxicos.
- Trampas de luz
En general, las trampas de luz suelen atraer más a hembras que a machos. Las trampas colocadas cerca del suelo atrapan a una mayor cantidad de machos, mientras que las trampas elevadas atrapan a un número mayor de hembras. Las trampas de luz tienen un coste y mantenimiento elevados. Pero su mayor problema, es que son poco selectivas, eliminando por igual insectos plaga que fauna auxiliar.
La muerte de la polilla se realiza con agua, líquido insecticida o bien por electrocución en rejillas electrificadas.
Además de las trampas mencionadas, existen en el mercado trampas que tratan de ser más específicas en el tipo de plaga que atrapan, por ejemplo según las características de vuelo de la plaga objetivo. Para su captura utilizan las técnicas anteriores aplicadas a contenedores. Existen los denominados mosqueros, que llevan los orificios de entrada para el insecto en la parte inferior, y que están pensadas para la captura de dípteros (moscas). Y contenedores que llevan las aperturas de entrada en la parte superior, son trampas pensadas para atrapar lepidópteros, y se denominan polilleros.
FABRICACIÓN DE TRAMPAS CASERAS
Las trampas comerciales tienen un elevado coste y una hectárea necesita unas 30 trampas, por ejemplo, para monitorear la mosca de la fruta. Para capturas masivas habría que duplicar al menos dicha cantidad de trampas. Pero fabricar trampas con materiales reciclados es muy sencillo.
Para construir trampas cromáticas es suficiente con un plástico del tamaño de un folio, de los colores indicados anteriormente, recubierto por ambos lados con un adhesivo, miel, vaselina o con un aceite de cocina (puede ser un aceite usado).
Para otro tipo de trampas debemos añadir un recipiente contenedor (como puede ser una botella, o un habitáculo construido con cartón y forrado con plástico) añadiendo un atrayente (que puede ser feromonas, restos o zumo de fruta, fosfato diamónico, o atrayentes alimentarios comerciales) y un método de eliminación de la plaga, como puede ser jabón líquido, agua o el propio atrayente alimentario si es líquido.
Si se utiliza una trampa contenedor es muy importante que los orificios de entrada sean del tamaño adecuado para que el insecto plaga pueda entrar, pero se evite la entrada de insectos beneficiosos.
EL MOMENTO DE COLOCACIÓN DE LAS TRAMPAS
Cada plaga tiene su ciclo biológico y un número de generaciones al año que puede ser variable, dependiendo de la climatología. Por tanto para mejorar la eficacia de las trampas, es recomendable conocer con exactitud en cada zona cuales son los momentos en que está activa la plaga en estado adulto, y las distintas generaciones. En general se recomienda emplear las trampas antes del inicio de la primera generación de la plaga objetivo. Poner las trampas demasiado pronto supone un gasto innecesario, pues todo tipo de trampas tienen una duración limitada y requiere un mantenimiento. Pero, poner las trampas demasiado tarde puede hacerlas ineficientes si lo que se pretende es realizar capturas masivas, porque las capturas masivas mediante trampas intenta disminuir la población de la plaga cuando ésta se encuentra en niveles bajos. Si la densidad poblacional de la plaga es elevada, la efectividad de las capturas mediante trampas disminuye.
COLOCACIÓN DE LAS TRAMPAS: ALTURA Y POSICIÓN
La colocación de las trampas es muy importante para que las capturas sean significativas. En general debemos colocar las trampas a la altura del cultivo, y subirlas a medida que éste crezca. En los invernaderos las trampas deben colocarse en las bandas, ventanas, puertas, etc. Es mejor colocar las placas en fila, dejando entre ellas una distancia que no debe ser mayor de 2 metros. Si se realizan sueltas de insectos de control biológico que vuelen, debemos retirar parte de las trampas si detectamos capturas elevadas de organismos auxiliares.
En cultivos al aire libre, las trampas deben colocarse a diferentes alturas, según los cultivos, el tipo de trampa o incluso el tipo de plaga. Por ejemplo, la colocación de las trampas varía en función del color de la trampa cromática: Así las trampas cromáticas amarillas y azules hay que colgarlas en vertical. En cultivos como tomate, pepino y pimiento, las trampas deben colocarse justo por encima de la planta y subirlas según crezca el cultivo. En cultivos con poca cobertura las trampas deben ser sujetadas por alambre hasta a un máximo de 30 cm por encima del cultivo.
Las trampas negras hay que apoyarlas horizontalmente, teniendo en consideración que no se quede pegada a la superficie de apoyo, para poder aprovechar ambas caras.
En los árboles, las trampas deben colocarse en la cara sur de los árboles, y evitar en verano la exposición directa al sol. Estarán bien colocadas entre el follaje, a 1,60-190 m (teniendo en cuenta las características del árbol, ni demasiado bajo ni en la copa del árbol).
DENSIDAD DE LAS TRAMPAS
El número de trampas por cultivo varía según estén destinadas a facilitar información de muestreo o la captura masiva de la plaga. Además muchos factores determinan el número correcto de trampas a colocar, como son la densidad de población de la plaga, los cultivos limítrofes, etc. En general, de 1 a 2 trampas de feromonas por hectárea puede ser suficientes para la detección y seguimiento de las plagas; y de 10 a 20 trampas para las capturas masivas. En general se necesita mayor número de trampas cromáticas por hectárea (30 por ejemplo para el monitoreo de la mosca de la fruta). Los fabricantes suelen dar instrucciones al respecto.
Artículo transcripto por Agribusiness Ecuador y tomado de Futurcrop
Fuente: https://www.futurcrop.com/es/blog/post/trampas-para-el-control-de-plagas